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Posiblemente nuestro rey más mediocre: Felipe III


Felipe III de Austria (1578-1621) fue rey de España desde el 1598 hasta el 1621. No voy a entrar mucho en la materia pero en resumidas cuentas marcó la transición del apogeo que vivía España y del batacazo que estaba por llegar. Su reinado comienza "gracias" a la muerte de Felipe II, del cual hereda un imperio en bancarrota y repleto de deudas. Ante tal situación económica Felipe III decidió no escatimar gastos en su boda (1599) y se gastó aproximadamente el 10% de toda la riqueza que quedaba de las rentas de la hacienda del Estado. Además, el vellón(aleación de plata y cobre con la que antiguamente se hacían monedas) castellano no hizo más que devaluarse una y otra vez.

Por otra parte, aunque su preparación fue más bien pobre y siempre hizo alarde de un pasotismo total, decidió relegar sus labores del Estado en su valido, el duque de Lerma, para así poder dedicar su vida a lo que le gustaba: comer, beber, la fiesta y la caza, entre otras cosas. En definitiva, su mayor pasión era el ocio.

Si ya lo dijo su padre, Felipe II: "Dios que me ha dado tantos reinos, me ha negado un hijo capaz de regirlos".


Ciertamente es difícil resaltar cosas de este rey que podamos valorar como positivas, aunque sí que es cierto que durante su reinado ocurrieron cosas significativas, como son la expansión del Imperio Español, y la publicación de distintas obras maestras literarias como: "El Quijote" de Miguel Cervantes, "Fuenteovejuna" de Lope de Vega, "Historia de la vida del buscón Don Pablos" de Quevedo...

La bandera española

El 28 de mayo de 1985 se celebró el bicentenario de la bandera española actual, aunque esa fecha no es realmente la adecuada, debería celebrarse el 13 de octubre del año 2043, y esto no lo digo yo, lo dice la historia:
En el siglo XVIII las banderas de Francia, España, Nápoles, Toscana, Parma y Sicilia eran blancas, que era el color de la casa de Borbón. Esto producía confusión no sólo en los ejércitos sino también en el mar, no pudiendo las distintas potencias saber con precisión de donde eran los barcos que se cruzaban en el mar (imagen arriba).

Carlos III realizó un concurso para cambiar la bandera de España en el Museo Naval de Madrid. Se presentaron doce diseños, que aún permanecen en dicho museo, ninguno de estos diseños corresponde a la bandera actual. El rey eligió uno de los proyectos pero lo modificó, y empezó a usarse el 28 de mayo de 1785 como bandera de la marina española, y sólo de la guerra. Los navíos mercantes llevaban una bandera con 3 bandas amarillas y 2 bandas rojas (imagen arriba).

El segundo centenario que se celebró como si fuera el de la bandera española (citado en el primer párrafo), en realidad era el bicentenario de la bandera de la marina de guerra. Sería en el 13 de octubre de 1843 cuando el gobierno provisional de España erigió esta bandera como la peculiar de todo el Estado. En esta bandera se colocó el escudo con las armas reales y fue modificado en la revolución de 1868 en que aparecieron los cuarteles de Castilla, Leon, Aragón y Navarra, con el de Granada entre las columnas de Hércules y bajo corona mural. Las flores de lis de la familia Borbón fueron suprimidas (escudo en una moneda, la imagen de arriba).

Con Amadeo I de Saboya se volvió a modificar la bandera, cambiando el escudo, sustituyendo las flores de lis por la cruz blanca de la monarquía saboyana (imagen arriba). Y el 11 de febrero de 1873, durante la Primera República, se suprimió la corona real y se puso una corona mural (imagen izquierda).

La Segunda República, el 14 de abril de 1931, modificó la bandera sustituyendo la franja interior de color roja por otra de color morado y unificando la anchura de las tres franjas, haciendo desaparecer también la corona real, poniendo una corona mural y las flores de lis (imagen arriba).

En el Alzamiento Nacional de 1936 , el general Mola, presionado por los monárquicos navarros impuso la bandera bicolor (rojo, amarillo y rojo) el 18 de julio del mismo año. El escudo siguió siendo el de la República hasta el 2 de febrero de 1938, donde aparece el águila de san Juan. Este escudo y esta bandera serán los oficiales durante toda la época franquista (imagen arriba).

Ya en la Constitución española de 1978, en su artículo IV, apartado I, se proclama que "la bandera de España está formada por tres franjas horizontales roja, amarilla y roja, siendo la amarilla de doble anchura que cada una de las rojas". No habla nada del escudo, por lo tanto, puedo decir con toda seguridad que las banderas españolas(rojo, amarillo, rojo) que llevan el anterior escudo no son anticonstitucionales, simplemente no son las oficiales. Sin embargo, la bandera republicana o cualquier otra que no se ajuste a lo citado en la constitución si que es anticonstitucional (imagen arriba).

Espero que este artículo acabe con las dudas sobre las banderas, y haya aportado algo que no sepáis ya. Por cierto, no veáis lo que me ha costado encontrar algunas de estas imágenes...

Fernando I de Habsburgo


Fernando I de Habsburgo y Emperador del sacro imperio Romano Germánico (Alcalá de Henares, 1503 - Viena, 1564). Era hemano menor del emperador Carlos V e hijo de Felipe I el Hermoso y Juana de Castilla. También era el nieto (preferido, además) de Fernando el Católico. Fue educado en España para ser Rey, pero finalmente su abuelo favoreció a su hermano Carlos V, que fue educado en Borgoña. Tuvo poca relación con los asuntos de Alemania, pero en 1521-1522, su hermano Carlos V le cedió el archiducado de Austria, Estiria, Carniola, Tirol y Alsacia.

En 1526 fue rey de Bohemia y Hungría -como consecuencia de su matrimo con Ana de Bohemia y Hungría, con la que tuvo quince hijos-, y en 1531 Rey de Romanos. Llegó al trono de Alemania por abdicación de su hermano en 1556. Luchó en Hungría, sin éxito, contra los turcos, que en 1529 llegaron a las puertas de Viena.

En contraposición a Carlos V, favoreció la paz de Augsburgo (1555), pero coincidió con éste en fomentar la Contrarreforma y apoyar a los jesuitas. Fue un admirable administrador de sus reinos.


Hernán Cortés: Infancia y juventud (I)

Ésta va a ser la primera parte de muchas, que dedicaré a Hernán Cortés, pues es un personaje muy importante y distinguido, a la par que interesante, tanto en la historia de España como en la de otros países de América.


Hernán Cortés Monroy Pizarro Altamirano nació en Medellín(Badajoz), hijo de Martín Cortés y de Catalina Pizarro. En su infancia estuvo a punto de morir en varias ocasiones porque tenía una salud muy vulnerable.

Su padre le envió a Salamanca para que estudiara leyes, pero se dedicó más a su afición por el juego y a las mujeres. Acabó fundiéndose la hacienda paterna por lo que su padre le echó de casa y se desentendió de él. Durante más de un año Hernán Cortés estuvo viviendo en distintos garitos del levante español bajo el pretexto de que iba a embarcarse a las órdenes del Gran Capitán para las campañas de Italia, cosa que nunca hizo.

Se dice que era de aire aniñado, y a primera vista presa fácil, para aquellos que frecuentaban los mismos tugurios que él. Tuvo que servirse de la espada en muchas ocasiones, era muy habilidoso con ella ya que prestó en Salamanca más atención a estas clases que a las de leyes.

Sacó provecho de sus estudios salmantinos, se las daba de gramático y se dedicó a corregir todos los documentos que le ponían a la firma los escribanos.

Llegó por primera vez a las Indias Occidentales en el 1504, al poco de desembarcar en Santo Domingo enfermó con unas fiebres tan altas que el cirujano pensó que moriría, sin embargo, se recuperó y siguió sus andanzas. Poco más tarde fue atendido de nuevo por el mismo cirujano por una herida de sable, que recibió en un duelo por una mujer de licenciosas costumbres, en el que su adversario perdió la vida.

El gobernador de la Española era el comendador don Frey Nicolás de Ovando(retrato a la izquierda), el cual era inflexible en la administración de justicia, y cuando se enteró de lo sucedido a Hernán Cortés lo hizo llamar y mostrándole los barcos que habían en el puerto le dijo: "Mirad en qué navío de éstos queréis volver a Castilla".

Esta fue la primera ocasión en la que consta la gracia que tenía Hernán Cortés en ganarse el favor de la gente. Consiguió conmover al comendador con el arrepentimiento que mostró, y en lugar de devolverle a España, lo "condenó" a un confinamiento en un pueblo llamado Azúa (en la costa oeste), en la que le asignó una granjería de ciento cincuenta indios con la obligación de trabajarla, en parte para él y en parte para la Corona.

Hernán Cortés para trabajar la granjería puso al frente a un negro llamado Tadeo, famoso por su fuerza y por el miedo que imponía a los indígenas. Mientras, Hernán Cortés se las apañó para hacerse con el cargo de escribano de la plaza demostrando lo que aprendió en Salamanca de leyes. Pronto se dio cuenta de que la corrupción en el gobierno de las Indias era extremedamente común y que podría obtener más beneficios con las dádivas y cohechos que con la granjería.

Aún así siguió con la granjería, siguiendo con la afición que duraría hasta su muerte de hacer fructificar la tierra, aunque siempre cuidando de que fueran otros quienes la trabajaran. Pidió semillas de España y muchas de ellas se aclimataron, ampliando así la variedad. También fue partícipe del tráfico de cerdo, la carne de cero era la única que se producía en la isla.