Expansión tras la reconquista y la conquista de las Islas Canarias.

En el siglo XV, llegando el final de la reconquista por los cristianos de la España musulmana, se inicia una política de lucha anti-islámica más allá de nuestras fronteras. La conquista de Granada no eliminaba definitivamente el peligro musulmán, y era necesario dominar la costa opuesta para garantizar la propia. El peligro turco, tras la conquista de Constantinopla(1453) se había extendido durante los reinados de los sultanes Mohamed II(1451-14819 y Bayaceto II (1481-1512) peligrosamente por todo el Mediterráneo, lo que suponía un peligro para los dominios de la Corona de Aragón en tierras italianas.

Por otra parte la conquista de Alejandría y Neopatria, antiguas posesiones de los reyes aragoneses, eran un ideal que Fernando(rey católico) mantuvo durante mucho tiempo, pero sin poder hacerlo realidad.

En el campo económico, desde hacía tiempo los marineros andaluces atacaban las costas norteafricanas para conseguir botín y esclavos, lo cual arruinaba cualquier posibilidad de establecer relaciones comerciales con estas zonas. Los puertos de Cádiz y Huelva tenían una gran importancia, y se requirió la fundación de otro puerto, el de Puerto Real en 1483, también se centralizó el comercio de Berbería en Cádiz, en un proceso similar al que se realizaría un tiempo después en Sevilla para el tráfico americano.

En cuanto a las motivaciones religiosas, el mayor inspirador fue el cardenal Cisneros. Colaboró en la finalización de algunas campañas contribuyendo con las rentas del arzobispado de Toledo. Quería evangelizar Berbería, para ello estableció conventos de franciscanos y dominicos en Orán. En Sevilla vivía el obispo de Marruecos, esperando que se conquistase el reino para poder instalalarse en su nueva sede.

Todos estos motivos dieron paso a la adquisición de Azamar por parte del alcaide de Rota en el 1480, el alcaide de Gribaltar tomó Tárraga en 1490, y el duque de Medina Sidonia se apoderó de Melilla. Tras la muerte de Isabel la católica se potenciaron las intervenciones en otros territorios.

Fue Enrique III el impulsor de la conquista de las Islas Canarias, mediante expediciones financiadas por la corona de Castilla, dando como resultado la conquista de las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gomera y Hierro. En 1477, Diego García de Herrera obtiene el título de conde de Gomera con el dominio sobre las islas. en 1480, tras la renuncia de los portugueses, se emprende la conquista de Gran Canaria la cual llevó 3 años y les hubiera llevado más de no ser por la decisiva colaboración de algunos reyezuelos indígenas y del obispo Juan de Frías. La isla fue incorporada a Castilla como un territorio más de la Corona y las tierras fueron repartidas entre los conquistadores y los indígenas que habían colaborado en la ocupación.

Durante el quinquenio 1491-1496 fueron conquistadas por Alonso Fernández de Lugo, tras un pacto con los Reyes Católicos, las islas de La Palma y Tenerife. La primera fue ocupada en 1492-1493, y la segunda, ofreciendo mayor resistencia, en 1496. Posteriormente se procedió a una colonización semejante a la de Gran Canaria. Los matrimonios mixtos contribuyeron a una difusión más activa del cristianismo, a la vez que a una fuerte castellanización del territorio.