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Enemigos, los justos


Viendo que llevo bastante tiempo sin hacer una entrada relacionada con la psicología, he decidido echar mano del libro "Aprendiz de sabio" cuyo autor es Bernabé Tierno. Para esta ocasión he seleccionado un capítulo titulado: "Enemigos, los justos". He tratado de resumirlo, aun así ha quedado un texto algo extenso, de todos modos lo considero de lectura obligatoria:

"No libres batallas que no te interesan ni luches con enemigos que no te has buscado. Debes ser tú quien de manera fría serena y consciente decidas en qué batallas y con qué enemigos prefieres luchar, si es que realmente, desde una sosegada objetividad y libre de apasionamiento, consideras que merece la pena enfrentarte al enemigo más que librarte de él dándole de lado o perdonándolo. Por favor, no te metas en más líos, no pretendas ser el perejil de todas las salsas.

Seguro que conocéis a algún familiar o amigo que siempre anda metido en líos y problemas. Dice que se los encuentra, pero la verdad es que son estas personas quienes no hay día que no busquen el conflicto como el tábano la herida donde picar.

No cabe la menor duda de que hay momentos en nuestras vidas en los que hay que reaccionar con energía y pasar a la acción con valentía cuando alguien trata de aprovechar de nuestra bondad o lesionar nuestros intereses. Dejarse pisar y avasallar y que el ofensor, calumniador, o violento se vaya de rositas es un grave error. Pero también es un grave error ofenderse y enfadarse por todo e ir por la vida interpretando el papel de bucanero, maldiciendo, amenazando y mostrando un constante malhumor y cabreo por casi todo, viendo enemigos por todas partes.

Salvo en eso casos en los que no queda otro remedio que poner en su sitio a quien nos ofende o pretende causarnos un grave daño, lo inteligente es demostrar al ofensor que no es enemigo para nosotros, que nos encontramos en un nivel superior de autorrealización y que no perdemos el tiempo en bobadas.

Aquí sí que es verdad que el mejor desprecio es no hacer aprecio de las ofensas de un acomplejado, de un resentido o de un engreído. Nada le afecta ni le molesta más que el perdón en el sentido de saber dejarle con su maldad, su odio y resentimiento y decirle que tiene todo el derecho a juzgarnos y calificarnos tan negativamente como lo hace, pero que nosotros tenemos mucho mejor concepto de nosotros mismos y hasta de él/ella, que es quien nos ataca y pretende herirnos.

El lector debe saber que si está siempre dispuesto a responder a cualquiera que pretenda hacerle daño, menospreciale, o amargarle el día, no le quedará tiempo para sí mismo, para sentirse bien con quienes le tienen gran estima y para disfrutar de la vida. Por eso, con buen tino y gran sabiduría es él quien decide si merece la pena o no enfrentarse a enemigos que no se ha buscado, ni a quien considera verdaderos enemigos. Opta casi siempre por el perdón y por no estar disponible para personas de las que no les interesan ni sus vidas, ni sus ataques, ni sus maldades. No buscarse problemas y evitar en lo posible los que pretendan endorsarnos en una prueba de sabiduría."

Cómo facilitar el estudio


Leyendo uno de los libros de Bernabé Tierno, he encontrado algo que considero que todos aquellos que sean estudiantes, tengan o no problemas a la hora de ponerse a estudiar, deberían leer y llevar a la práctica, especialmente en aquellos momentos de bloqueo y agobio en el que nos vemos envueltos de vez en cuando. Procedo a escribir resumido lo que escribió Bernabé Tierno:

Memoria y percepción son dos procesos inseparables. A la percepción corresponde la tarea de identificar y reconocer la información sensorial, para ello es imprescindible utilizar la información retenida en la memoria con el fin de estructurarla, comparándola y relacionándola de algún modo con la nueva información que se recibe.

Si quieres mejorar la memoria, mejora la percepción, la atención y la concentración. Los fracasos en el recuerdo atribuidos a la memoria se deben a las percepciones defectuosas y a la falta de atención y concentración.

He aquí unos puntos de los aspectos más elementales para que puedas cultivar tu memoria:

Desarrolla tu memoria lógica, estableciendo nexos y relaciones entre las ideas generales del tema y entre los principios básico en que éstas se apoyan.

Capta las ideas básicas del tema, completándolas con las secundarias y haciéndote diversas preguntas sobre ellas.

Repite y repasa las ideas relacionándolas entre sí, de modo que en sólida cohesión formen un todo mental bien estructurado.

No leas mecánicamente. Piensa, medita y no sigas adelante hasta no haber desentrañado el sentido de las palabras en su contexto.

Aprende con la intención de recordar. Para ello, lo mejor es poner en práctica lo estudiado, comentándolo con tus padres, amigos, por internet, etc.

Lee pausadamente, párrafo a párrafo, relacionando los contenidos y resumiéndolos una y otra vez.

Comprueba de forma verbal y por escrito que sabes expresar con tus propias palabras lo que dice el texto.

Confía en ti mism@ y en tu memoria. Si trabajas los temas como te voy indicando, acabarás por recordar todo lo que estudies.

Guía para criar un delincuente.


1º Comienza desde la infancia dando a tu hijo todo lo que te pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.

2º Cuando diga malas palabras, ríeselas. Esto le hará pensar que es muy gracioso y le animarás a decir palabras aún más "graciosas".

3º No le des ninguna educación espiritual. Espera a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente por sí mismo.

4º No le reprendas nunca ni le digas que está mal algo de lo que hace. Podrías crearle complejos de culpa. Cuando más tarde lo arresten por algún delito, te consolarás pensando que la sociedad está en contra de él y que es víctima de una persecución.

5º Recoge todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, juguetes, ropa... Házselo todo, ahóralle todo esfuerzo. Así creerá que todos están a su servicio y se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.

6º Déjala leer todo lo que caiga en sus manos. Cuida bien de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero deja que se le llene la mente de "basura".

7º Discute a menudo con tu cónyuge en presencia de tu hijo. Así no se sorprenderá ni le dolerá demasiado el día en que la familia quede destrozada para siempre.

8º Dale todo el dinero que quiera gastar, no vaya a sospechar que para disponer de él es necesario trabajar. ¿Por qué dejar que el pobrecito pase los mismos sinsabores que tú?

9º Satisfaz todos sus deseos, apetitos, comodidas y placeres. La mortificación y la austeridad no harían más que conducirle a una frustración perjudicial.

10º Ponte de su parte en cualquier conflicto que tenga con los vecinos, profesores o policías. Piensa que todos ellos tienen prejuicios contra tu hijo, que le han tomado manía y le quieren mal.

Si pones en práctica lo citado anteriormente, prepárate para llevar una vida llena de pesares, que será la que tú mismo te has labrado. Y cuando tu hijo se encuentre en serios apuros, podrás disculparte diciendo: "Nunca pude con este muchacho".

Amable lector, ¿te has visto identificado en alguno de estos preceptos, ya sea en la forma de educar o haber educado a tus hijos, o en cómo te han educado tus padres? ¿Quizá has visto que se cumplen estas circunstancias en el ambiente familiar de alguien que conozcas? Dejo paso a las opiniones...